martes, 29 de septiembre de 2009

Que llueva y la tierra huela

Deportistas y poetas valoran los segundos, las centésimas, las milésimas, por motivos diferentes. ¿Compras siempre la misma camiseta? Estoy en tu calle y no sé lo que hacer. Es fácil pensar que te quiero, pero a mí, lo que me gustaría, es demostrártelo. El trabajo anula el miedo, al menos durante ocho horas. Las revistas gays están escondidas en el fondo de su armario: No quiere que las descubra su mujer. Él se fue sin haber llegado. No hagas caso de aquellas mujeres y hombres que te dicen que no puedes ser un eterno adolescente. Te acepto como eres porque tengo la intención de cambiarte. Extraña expectativa. No sientas pena por mí, es una estrategia de mi cerebro enfermo para atraparte.