lunes, 29 de noviembre de 2010

viernes, 26 de noviembre de 2010

Decimos una cosa y hacemos otra


Los sueños se han quedado duros como mendrugos de pan. Todo se seca, especialmente las palabras. Acabarás conociendo mi casa cuando lo crea oportuno, antes, tienes que ganártelo. No quiero pareja, pero si la quisiera, serías tú, para que, después de un tiempo y chupar la superficie de un cuchillo, el invento carezca de sentido. Te quedaste tan quieto, que, por un instante, tuve miedo. ¿Tenemos que ser lineales para entendernos?

Marcel Duchamp jugando al ajedrez


Se ha perdido en todos los rincones y no ha encontrado nada que merezca la pena. El ruido del perro sigue, la bolsa de plástico es un tormento, traspasando las paredes. Los vecinos mueven los muebles, interrumpiendo el descanso. En realidad, es difícil concentrarse. Siempre pones alguna excusa. ¿Soy un cobarde? Tal vez, por eso, te encuentras con tantos cobardes. Queremos apartar esa sensación de nosotros, con ahínco, excluyendo nuestra valentía. Piénsalo. Ahí tienes la taza de té, CALIENTE, como el cuerpo que la coge y la bebe. Y parece que corre la noche por los suburbios cuando nadie escucha. Todo acaba contaminado por el aliento de un mendigo chocando contra un cristal, que dibuja en el vaho, un corazón que desaparece.

jueves, 25 de noviembre de 2010

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Sesión fotográfica de una novia brasas a un novio feo

Ponte ahí. ¿Dónde? Ahí, ¿no me escuchas? Espera. Flash. Ponte detrás de la papelera. ¿Ésta? ¿Cuál si no? ¿Ves otra? Espera. Flash. ¿Ves esas escaleras mugrientas? Sí. Siéntate en ellas. ¿Así? No. ¿Cómo entonces? Como tú quieras. Espera. Date prisa se va la luz. Espera. Flash. ¿Harías una cosa por mí? Dime. Quiero hacerte una foto mientras te rompes una pierna. Me tiro por el hueco del ascensor y captas el momento. Eres un amor. Espera. Flash.

martes, 23 de noviembre de 2010

Poligamia

A mediados del siglo XIX, Joseph Smith caminaba por un prado, y, gracias a su fe profunda, tuvo una revelación: Todo hombre, para salvarse, debía tomar más de una esposa. Dejó, tras de sí, treinta y tres viudas. No puedes llevar esta vida si no te entregas al ciento por ciento, con todo el amor del que dispongas, sin miseria. Y, también queda claro, que te tienes que ir a vivir al desierto, con tu familia numerosa, si no quieres que tus vecinos hagan con la piel de tus hijos y mujeres unos cuantos bolsos de mano.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Carta de Jonas Mekas a un galerista

Apreciado:

No quiero discutir contigo porque ahora mismo estás atravesando un mal momento. Sé que los malos momentos pasarán y saldrás adelante de una forma u otra, pero quiero decir una cosa con respecto a lo que has comentado sobre mi CARRERA. ¡ A tomar por culo la carrera! Jamás me ha importado, no la necesito. ¡Ni siquiera sé qué quiere decir tener una CARRERA! Me dedico a hacer cosas. Películas. Desde la infancia hasta ahora. Las he hecho y las hago ahora, y pienso seguir haciéndolas, y nadie puede detenerme ni ayudarme de verdad, incluido TÚ. Soy una máquina de hacer cosas. Y no me interesa mi carrera. Hago cosas sin parar. Y no se venden. Si alguien trata de venderlas y al final lo consigue, me parece bien que lo haga, pero me importa una puta mierda. Así que no me hables de carreras y de ayudarme. No puedes ayudarme. ¡Y no NECESITO que me ayudes! Ya estoy demasiado implicado. Aprovecha esa ayuda para ti, no para mí. ¡¡¡Es que no la necesito!!! Los ángeles son los únicos que de verdad me ayudan y con eso me basta. Pienso cooperar con cualquier museo o galería que quiera exponer mi obra y les desearé buena suerte. ¡Pero en realidad no los necesito! Soy capaz de cualquier cosa por los amigos. Creo en la amistad. Así pues, si trabajo contigo, o con quien sea, será sólo por amistad, pero no porque tenga en cuenta mi CARRERA. En realidad, siempre que oigo la palabra “CARRERA”, no sé explicar por qué, me parece que dicen “CEMENTERIO”… ¡Así que no me hables de mi carrera!

Jonas Mekas.

martes, 16 de noviembre de 2010

Una pregunta...

Con una copa de vino en la mano

Me llamas radical porque soy el espejo de tu cobardía.

Rescate de un pensamiento

Un maricón exige fidelidad a un amante, cuando ese maricón, pasa todas las noches con su mujer en la misma habitación. Hay que echarle huevos para realizar tal petición. Y lo más grave, es que intenta comerte la cabeza para que le folles el culo sin condón.

Buscando el cargador del móvil

KH7 no puede borrar la envidia. Todos los demonios están viviendo en un reloj. Decías lo mismo de los mentirosos, y, al final, te diste cuenta de que todos lo somos, porque la verdad carece de sentido, a no ser que busquemos un logro interior, pero, ¿a quién le importan los logros interiores en este mundo que sólo busca la superficialidad de las cosas? Lo lógico sería aceptarlo, porque, de esa forma, seríamos capaces de poner fin a un sinsentido.

Mirando el reloj de una biblioteca

Hay hombres gordos que se creen Adonis. Hay descerebrados en todas las esquinas. Hay sustancias que te impiden recordar tu vida. Son tan terribles las fijaciones, dejan poco espacio para que surja una buena iniciativa. Nada cambia, aunque lo intentes. Animales de costumbres somos, que sólo podemos variar las claves de nuestro aburrimiento. Curioso caso el del hombre, que quiere demostrar su seguridad, pero que, por dentro, sabe que está lleno de miedo y desconcierto.

lunes, 15 de noviembre de 2010

A una le falta lo que a otra le sobra

Te vi, ayer

Ander

En una cama

has comprendido

que un abrazo te quita el frío.

Afuera,

la lluvia choca contra el caserío.

Antenas




Me lo dicen al oído

¿Desde cuándo te preocupas tú por los demás? Deja de acusarme de lo que no soy. Te lo advierto, me voy a quedar con todo. Es imposible acceder al túnel. Esos chicos saben cómo hacer un buen cambio de bandera. El bolígrafo encima de la mesa. Los pañuelos llevan todo el día esperando tus lágrimas, están cansados, dicen que se van a dormir. ¿Siempre nos tenemos que comunicar a través de una máquina?

El oro de tus días dónde está

Hay fotografías de ti. Un salón a tu entera disposición, sin la luz adecuada para leer unas cartas que nadie recomienda. Es una ciudad llena de señales. Por lo menos reconozcamos que somos egoístas. Se acabaron las comparaciones entre hermanos. O mejor, se acabaron las comparaciones. Un ticket para una nueva clase de autoescuela. No sabe cómo funciona un cinturón. Sin embargo, acumula cientos de gafas de sol. Vamos al campo!!! La vendimia será buena para nuestra espalda. Dame el dinero que ya me las apañaré yo como pueda. Desde luego, nunca debes cantar victoria, aunque nadie consiga derrotarte. Tantos juegos de palabras, para decir mentiras. Sólo me quedo con el roce de tu dedo en mi mejilla. Una nueva pintura en la pared. El escondite secreto de todos tus vicios. Me gusta el sonido de las teclas cuando las pulso con fuerza. Efectividad, así lo definiría y luego, quemaría la palabra. Desde luego, si tu espalda funciona bien, tu mente también. Un escalofrío, el sonido de unas zapatillas resbalando por el suelo, dos tazas que chocan, un tapón que se cae al suelo, agua y un cepillo que suena como una locomotora y lava los dientes. Todo esto, son los detalles de cinco minutos de mañana. Gris, como la estúpida indumentaria de un portero de fútbol. Parece que se acaba el desfile de fieles. Que corra el aire, que se abran las ventanas, que salga el olor a podredumbre humana. Es tan difícil mantener, recta, la espalda. Parece que esta silla lo consigue por mí. Una cita atrasada con el médico. Unos análisis que esperan tu pronta recuperación. Deja circular libremente a tu cerebro y conectará, partes de ti, desconocidas. Sigo diciendo que lo mejor es no hacer nada. Las soluciones no están en el destino. ¿Dónde está el lema que dice “eres dueño de ti mismo”? Es cierto que las palabras trabajosas se olvidan. Dar carnaza para no recordar. La autoestima que tan necesaria parece. Aunque toda necesidad sea innecesaria, porque, nos lleva por un camino, que no queremos descubrir.

Despedida

¡Eres valiente, mi niña! Ya sabes cómo se debe amar. Ya tienes la fuerza para no esperar nada a cambio. Los violines te hacen el camino. Los prados te iluminan la vista. Las montañas te arropan del frío.

888


Debemos ser conscientes de que la verdad nos ofende porque estamos enfermos. Ya no disfrutamos jugando con los globos. Nos limitamos a pincharlos y a salir huyendo, sin dar ni un solo paso, hacia dentro, escondiendo el cuello, humillando al corazón y dando rienda suelta a un pensamiento podrido.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Perros

He tenido ocho perros en mi vida; un boxer, un pastor alemán, un pastor alsaciano, un mastín cruzado con otro perro que no supe identificar, un perro callejero que nos encontramos en una esquina, una perra negra cuya raza desconozco, sin embargo, con un silbido recogía la manguera y la traía a tu lado, un caniche feo como un demonio y un ratonero canario que odiaba a los gatos. Todos tienen en común una cosa: murieron atropellados y nunca lloré por ello, mi padre lo hizo por mí.