martes, 24 de noviembre de 2009

El final siempre será tu principio.

Porque dices lo que piensas, pareces diferente. Pero sólo lo pareces.
Que se abran las puertas y las ventanas y se quite el polvo de las alfombras.
Mueve el culo, nos harás un favor.
La verdad no se puede amarrar con palabras.
¿Por qué tenemos la obligación de sentirnos diferentes?Por ese motivo, se talan los troncos de los árboles.
Nosotros, estúpidos, borramos los senderos.
El principio básico de todo marinero queda destruido con un gesto innecesario.
Se nos da tan bien agachar la cabeza.
Por suerte, la ignorancia áun tiene cura.