lunes, 7 de marzo de 2011

La propiedad es un robo

Tanta pereza, tan pocas ganas de ser compasivo, cuando ese amor es lo único que nos queda. Tenemos ganas de quemar la pólvora, en un fuego sexual, que reaviva la llama, pero que sumerge al corazón en una ciénaga. Una vez cubierto de mierda, continuar es lo más complicado, pero eso es lo que hacemos, continuar, sabiendo que nuestro corazón se ha parado hace muchos años. Adelgazarás en extremo, o, por el contrario, engordarás con kilos y kilos de grasa que no pensabas que pudieran vivir dentro de ti, y ambas cosas, serán el resultado de todas las mentiras que nos siguen acompañando.